En Tot Teràpia atendemos a muchos niños que además de realizar su rutina escolar también acuden a actividades extraescolares. Muchos padres nos piden consejo sobre este tema, pues quieren saber cuál es la actividad extraescolar que recomendaríamos a sus hijos. Por eso este artículo viene a describir los diferentes tipos de actividades extraescolares y cómo pueden beneficiar en el desarrollo del niño, así quizás sea más fácil escoger. También es muy importante tener en cuenta los gustos del niño, la distribución del tiempo, sus necesidades y capacidades, y por supuesto el coste que supondrá. El éxito dependerá de una correcta combinación de todos estos factores.
Quería empezar hablando de las actividades extraescolares más populares, las actividades deportivas de equipo, como por ejemplo el fútbol, baloncesto, hockey, etc.
Lo más destacable son todas las aptitudes físicas que el niño trabaja mientras se desarrolla la actividad: mejora el equilibrio, la fuerza, la capacidad cardio-respiratoria (aptitudes de fondo)... pero también cabe destacar ciertos aspectos cognitivos ya que realizar estas actividades también mejora la coordinación, pues movernos y realizar deporte refuerza el concepto que tenemos sobre nosotros mismos, el denominado esquema corporal, y conociéndonos mejor es como mejor nos movemos también. En este aspecto -y para este tipo de actividades- hablaremos siempre de desarrollo sobretodo en la motricidad gruesa, es decir, para movimientos amplios, y no tanto de la motricidad fina.
También cabe mencionar los aspectos emocionales que se potencian como la autoestima, debido a ser deportes que se realizan en equipo, el resultado final nunca dependerá de una sola persona, sino del conjunto. A su vez, y por el mismo motivo, también refuerzan habilidades comunicativas, y es que el éxito del equipo muchas veces dependerá de la comunicación entre sus integrantes, trabajando así aspectos como la empatía.
Además de las actividades deportivas en equipo, también quería describir las actividades que se realizan de manera más individual, como por ejemplo la natación. Siempre se ha dicho que nadar es el deporte más completo que existe, y es que para mantenerse a flote se requiere de la participación de más del 80% de los músculos. Nadar con cierta calidad requiere de una técnica muy concreta la cual podemos aprender gracias a una buena planificación de movimientos y un esquema corporal definido (anteriormente mencionado), lo cual facilitará una coordinación de movimientos más efectiva.
De entre estos denominados deportes individuales, quería mencionar las artes marciales, como el Judo. Además de mejorar aspectos que ya conocemos como la coordinación, la lateralidad, la fuerza o la elasticidad, el Judo nos ayuda buscar estrategias nuevas de movimiento para poder derribar al adversario, esto es, idear nuevos patrones de movimiento, y que sean eficaces. Pero el Judo no se queda ahí, también se potencian valores como el respeto por los compañeros, el autocontrol y la no violencia. Al contrario de lo que muchos padres suelen pensar sobre las artes marciales, éstas lo que realmente promueven es la evitación del conflicto ante la violencia, mediante técnicas de esquiva, o autocontrol.
También la danza puede ayudarles a mantener un control postural correcto y a trabajar aspectos de motricidad gruesa. Ayuda a superar la timidez y mejora la autoestima ya que aumenta la confianza en sí mismo. La danza entra ya dentro de esas actividades que son también una vía de expresión como las que describiré a continuación.
Dejaré entonces las actividades más físicas para hablar de otras actividades extraescolares. Por ejemplo, la música. Cuando un niño está aprendiendo a tocar un instrumento musical, también está aprendiendo un nuevo lenguaje, lo cual refuerza los procesos de plasticidad del cerebro, y ayude seguramente a la hora de aprender un nuevo idioma. También, saber tocar un instrumento es otra manera de poder expresarse. Y para aprender a tocarlo influyen muchos procesos como la atención, la memoria, o una buena coordinación digital (en muchos instrumentos de cuerda o de viento sí hablaríamos de motricidad fina).
El teatro es una actividad que puede otorgar muchas herramientas para el desarrollo, pues desde bien pequeños ya empiezan con el juego simbólico, es decir, hacer que objetos representen y actúen como cosas que no son. Es aproximadamente a los cuatro años cuando entienden que una misma persona puede representar diferentes papeles, lo cual les permitirá trabajar la empatía (en ocasiones las obras explican moralejas o transmiten valores con los que los niños pueden sentirse identificados). En el teatro existen ciertas reglas que deberán cumplir para representar una obra, que les ayudará también a entender después las reglas del mundo adulto. Y por supuesto, ayuda para la expresión verbal en cuanto a fluidez, dicción, vocabulario… y también para la expresión corporal.
El dibujo es otra actividad que puede ayudar al niño a buscar vías para expresarse. Aunque empiezan a coger el lápiz con unos 18 meses aproximadamente, no es hasta los cuatro años más o menos que podemos empezar a hablar de dibujo realmente. También, potenciar este tipo de actividades mejorará la motricidad fina muy útil a la hora de realizar buena letra.
Hasta aquí un resumen de las actividades extraescolares. No he querido incluir actividades para aptitudes académicas concretas ya que éstas tienen un objetivo mucho más claro, como puede ser clases de refuerzo, clases de idiomas, etc.
Me gustaría acabar resaltando la importancia de un buen empleo del tiempo ya que cada niño requiere de su propia organización. Esto es, puede que algunos niños sean capaces de disfrutar de varias actividades semanales pero otros no sean capaces de disfrutarlo tanto y prefieran emplear su tiempo al juego libre, el cual también tiene un valor muy importante en su día a día. Como comentaba al principio, el éxito de estas actividades recaerá también en la motivación del niño, el coste que supondrá para la familia, y las capacidades y necesidades del mismo.