Compartir la experiencia de leer un cuento con nuestros hijos a cualquier hora del día puede ser mucho más importante de lo que pensamos pues a través de esta simple actividad nos permitimos relajarnos, disfrutar de la lectura y de la compañía mutua; creando nuevas complicidades y permitiendo con ello ir desarrollando lazos afectivos aún más fuertes pues son hechos a través de la fantasía compartida. Sumado a lo anterior, resulta una excelente herramienta para ayudar a los niños a estructurar su pensamiento, estimulando sutilmente el lenguaje y la imaginación.
El escuchar cuentos en un ambiente cómodo y familiar promueve que los niños sean más reflexivos sobre cómo actúan en su día a día, comprendiendo de qué manera deben actuar con sus pares y aprendiendo a distinguir lo que es bueno de lo que es malo. Estimula además la memoria y las ganas de expresarse, ampliando su capacidad de percepción y comprensión.
A nivel emocional, los cuentos permiten que desde un espacio lúdico nos enfrentemos a nuestros propios temores, identificando emociones que los personajes demuestran a lo largo de la historia, pudiendo ampliar nuestra sensibilidad y empatía frente a lo que puede ocurrirle a otros. Es también una buena herramienta para tranquilizar a nuestros hijos y aumentar su sensación de control sobre algo que pueda estarles causando ansiedad e inquietud y nos permite ayudarlos a prepararse para la hora de dormir y que descansen adecuadamente.
A nivel intelectual, es un buen recurso para ayudarles a ampliar su vocabulario, potenciar su capacidad de comprensión oral y escrita, mejorar su capacidad de síntesis y concentración, pudiendo influir positivamente en su desempeño escolar.
A través de compartir la lectura de un cuento con nuestros hijos les transmitimos confianza, seguridad y atención; elementos necesarios para que sientan la comodidad de poder abordar situaciones que ellos valoran como complicadas, sintiéndose acogidos y resolviéndolas en conjunto dentro de un contexto lúdico, mágico y diferente.
No hace falta que seamos expertos en contar cuentos -cada uno de nosotros tiene un estilo diferente para hacerlo y cada estilo es único y especial- sólo se necesitan ganas y la seguridad de que sin duda será un momento diferente, divertido y que vale la pena realizar. Dedicar tiempo a leer cuentos a nuestros niños es sin duda uno de los mejores regalos que podemos ofrecerles pues fortalecemos nuestros lazos afectivos y potenciamos sutilmente su autoestima.