Siempre que vemos a nuestro hijo mal sentado en la mesa pensamos que es un tema de comportamiento lo que le lleva a estar así. Por más que le decimos “siéntate bien” no logra mantener la postura por mucho tiempo. Esa acción podría estar indicándonos que el niño no está procesando bien los estímulos sensoriales que recibe.
Estos niños, además de en casa, hacen lo mismo en el colegio, no logran mantener la postura y continuamente se están moviendo, se estiran encima del pupitre, apoyan la cabeza encima de sus brazos,… Este aspecto es más grave de lo que parece. El hecho que el niño deba de estar controlando su postura y no lo haga de manera inconsciente como lo hacen el resto de niños, puede perjudicarle a la hora de estar atento a la explicación del profesor, además de estar consumiendo una energía extra.
Esto sucede debido a que el cuerpo del niño no posee un tono muscular adecuado, es decir, los músculos de su cuerpo no tienen la tensión suficiente que le permite mantener una postura adecuada. Esto es producto, en muchos de los casos, de que el niño no está integrando bien la información sensorial que le llega. Hablaríamos más concretamente de la información propioceptiva, es la que nos llega al cerebro través de músculos y articulaciones indicándonos en que posición se encuentran y con que tensión, entre otras cosas.
Estas característica de no sentarse bien también pueden venir acompañadas de problemas de planificación de los movimientos, falta de control de su fuerza, choques frecuentes con puertas, personas y cosas; o problemas de escritura, mal agarre del lápiz, escritura poco clara y dificultad para organizar los cuadernos.
Para concluir añadir que aspectos que causan graves disputas en las familias y que siempre se han atribuido a problemas de comportamiento “lo hace porque quiere, por molestar” o “lo hace para provocarnos” pueden no ser así, el niño puede estar intentando sentarse bien pero su cuerpo no puede mantener la postura, y si la mantiene es por poco tiempo. Sería recomendable realizar una exploración por un Terapeuta Ocupacional cerificado en Integración Sensorial ya que esto podría ayudarnos a solventar el problema o anticiparnos dificultades que nos encontraremos durante el desarrollo escolar de nuestro hijo.