La neuroplasticidad es la capacidad innata del cerebro para adaptarse a los cambios a través de la formación de redes neuronales. Cada vez que aprendemos algo nuevo, nuestras neuronas se conectan, estableciendo un complejo sistema de comunicación de señales entre sí.
Este fascinante concepto nos muestra que, incluso en situaciones de dificultad, el cerebro puede reorganizarse y formar nuevas conexiones neuronales en respuesta a estímulos y experiencias. Cuanto más estimulemos estas nuevas conexiones, más se fortalecerán, facilitando la incorporación de nuevos conocimientos, hábitos y rutinas en nuestra vida cotidiana.
Para entenderlo mejor, pensemos en que cada pensamiento, movimiento o emoción que experimentamos se basa en circuitos neuronales específicos en nuestro cerebro. Si deseamos cambiar algo en nuestra conducta o habilidades, debemos crear y fortalecer nuevas conexiones neuronales. Gradualmente, los impulsos cerebrales seguirán con más facilidad estos nuevos caminos, y lo que antes era nuevo y desafiante se convertirá en parte de nuestra normalidad. Este proceso también incluye la poda de las conexiones neuronales previas que ya no utilizamos.
Pero ¿por qué resulta tan difícil enseñar a los niños a prestar atención, a leer cuando tienen dificultades, o a controlar el miedo y evitar berrinches? La respuesta radica en que algunas dificultades en la conducta, lo cognitivo y lo sensorio-motor se originan en redes neuronales primitivas y más antiguas. A veces, para abordar estas dificultades, es necesario trabajar desde la base, comprendiendo dónde se originan y corrigiendo las deficiencias en estas redes.
Es aquí donde entra en juego la Neurología Funcional, una especialidad de la Neurociencia que se enfoca en la conexión directa entre el sistema nervioso central, el sistema nervioso periférico, los receptores sensitivos y la regulación de las funciones corporales. Al igual que un neurólogo, un especialista en Neurología Funcional evalúa y analiza cómo funciona el cerebro en su totalidad.
El Dr. Robert Melillo, un neurólogo funcional, ha desarrollado el Método Melillo para abordar las dificultades en el neurodesarrollo, como el TEA (Trastorno del Espectro Autista), TDAH, dislexia y problemas de regulación emocional. Su enfoque se centra en estimular y equilibrar diferentes áreas del cerebro utilizando herramientas innovadoras basadas en los últimos avances en neurociencia.
En una evaluación, se observan patrones de movimiento primitivos, reflejos y diferencias en el tono muscular en el cuerpo. Se compara un lado con el otro y se analiza la postura y su influencia en el tono muscular deficiente. Se investigan movimientos oculares y mucho más. Estos elementos influyen en una adecuada regulación cerebral, y si no se abordan, la terapia convencional puede ser lenta y costosa.
A medida que la neurociencia avanza, surgen nuevas formas de aprovechar la neuroplasticidad en beneficio de los niños. Algunas de estas innovaciones incluyen el Neurofeedback, la Terapia de Fotobiomodulación (láser de bajo nivel), la Estimulación de Electroterapia Craneal (CES) y el Interactive Metronome (IM). Estas terapias aprovechan la capacidad del cerebro para cambiar y mejorar su funcionamiento.
El Método Melillo ha demostrado resultados notables. Los niños que participan en estas terapias experimentan mejoras significativas en el lenguaje, la atención, la coordinación motora y la capacidad de aprendizaje. Además, se les ayuda a estar presentes y en un estado emocional relajado para aprender. Esta metodología se combina perfectamente con las terapias convencionales y se adapta a las necesidades individuales de cada niño.
Para maximizar el impacto de estas terapias, se ofrecen tratamientos intensivos que consisten en dos sesiones diarias durante una semana. Durante este período, se intenta crear y fortalecer circuitos neuronales nuevos, y se pueden incorporar dispositivos como láser y estimulación sensorial, que pueden ser costosos de realizar en casa.
En Tot Terapia, ofrecemos un tratamiento intensivo utilizando el Método Melillo. Durante una semana intensiva, los padres están presentes en las sesiones y aprenden a aplicar los ejercicios en casa, lo que refuerza el proceso de estimulación y desarrollo. Estos tratamientos intensivos han demostrado ser altamente efectivos para mejorar el neurodesarrollo de los niños, aprovechando al máximo la neuroplasticidad del cerebro y abriendo nuevas puertas hacia un futuro más prometedor.
Si estás interesado en que tu hijo o hija se beneficie de este enfoque terapéutico, no dudes en reservar tu plaza aquí, o ponerte en contacto con nosotros en Tot Terapia. Estamos comprometidos en ayudar a los niños a superar dificultades y a alcanzar su máximo potencial a través de la neuroplasticidad y la neurología funcional.